El Plantío dictará sentencia. El UBU no pudo aprovechar tampoco su segundo match ball y tendrá que jugarse a una carta el pase a la gran final de la Superliga Femenina de Voleibol el próximo miércoles ante su afición (20,30 horas). La escuadra de José Miguel Pérez no tuvo opciones en el cuarto choque de la serie de semifinales contra el Valeriano Allés Menorca y cayó derrotado en suelo balear por un claro 3-0. Este resultado equilibra la serie a dos victorias, por lo que todo se decidirá en el quinto envite.
Las castellanas llegaban al duelo con la intención de hacer bueno su segundo intento para obtener el billete para la gran final. Tras el mal sabor de boca que les quedó en el choque del pasado sábado el UBU afronta el cuarto partido de la serie enrrabietado y consciente de la necesidad de dejar cerrada la eliminatoria en tierras menorquinas.
Pero no arrancaron bien las cosas para los intereses de las de José Miguel Pérez en el Pavelló D Sports de Ciutadella. Arropadas por una bulliciosa afición las baleares pusieron el turbo desde el primer punto y no dieron ninguna opción a las universitarias (6-1), obligando al técnico del CV Diego Porcelos a solicitar un tiempo muerto con el choque apenas iniciado. Y en esta ocasión parece que no sirvió de mucho, pues las rojillas se mostraban imparables sin que el UBU fuera capaz de contener, ni en la red ni en segunda línea, los misiles del Valeriano Alles. Así las cosas, la renta de las insulares no paraba de crecer (8-2 al primer tiempo técnico) ante la desesperación de un desconocido cuadro burgalés que no daba una a derechas (11-3). Entonces despertaron de su letargo las burgalesas, que recuperaron su nivel habitual para meterse de nuevo el partido con una gran remontada (14-11). Adrián Fiorenza trató de frenar el ímpetu castellano parando el partido para dar instrucciones a las suyas, que lograron despegarse de nuevo al llegar al segundo tiempo técnico (16-12).
El choque entró entonces en una fase de equilibrio, pero el intercambio de puntos que se produjo a continuación favorecía claramente los intereses de las baleares, que mantuvieron con cierta comodidad su renta (22-18). En el tramo final echó el resto el UBU (23-21), aunque fue nadar para morir en la orilla, pues el primer tanto cayó del lado local por 25-21.
La primera ventaja de las castellanas se produjo en el inicio del segundo set (1-2). Fue un respiro de alivio para un equipo que no terminaba de encontrar los resortes necesarios para hacer daño al Valeriano Alles, algo que sí supo hacer en los primeros encuentros de la serie en El Plantío. El UBU tiró de orgullo y mejoró notablemente sus prestaciones en el bloqueo para abrir hueco en el luminoso (6-9). Pero Menorca no estaba dispuesto a hacer ninguna concesión y remontó de la mano de sus grandes artilleras (15-14). Y en el tramo decisivo las rojillas estuvieron más certeras (21-18). José Miguel Pérez agotó sus tiempos muertos para refrescar conceptos y cambiar la dinámica, algo que logró en principio (21-20), pero que no pudo mantener por demasiado tiempo (25-21).
El partido se había puesto completamente cuesta arriba para el UBU. Solo una espectacular remontada permitiría obrar el milagro frente a un Valeriano totalmente crecido. A las rojillas las salía todo y convertían en punto cada ataque, por lo que la historia se repitió de nuevo. Menorca tomó el mando de las operaciones desde el principio (11-7) y no estaba dispuesto a soltar la presa ahora que había logrado poner contra las cuerdas a las castellanas y que veían muy cerca la posibilidad de forzar el quinto encuentro. Con las de José Miguel Pérez fuera del partido, las baleares forzaron la máquina (16-11). Definitivamente no era su día y se dejaron llevar sin plantear demasiada oposición a un contrincante que ya se veía claramente ganador de la batalla. Solo en el tramo final, en un arranque de rabia, maquillaron mínimamente el marcador (25-16).
Aguere, primer finalista
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