El Universidad de Burgos cerró una irregular temporada con una victoria abultada sobre el Cuesta Piedra Santa Cruz, equipo que no ha sido capaz de sumar ni un solo punto en toda la Superliga. El cuadro de José Miguel Pérez, que aprovechó el partido para dar minutos a jugadoras que apenas habían gozado de oportunidades, necesitó menos de una hora para doblegar a las canarias.
Pese a la profunda decepción que supuso decir adiós a la fase por el título, la diferencia con el colista era tan abismal que no se esperaba otra cosa que no fuera el 3-0. El Cuesta Piedra, plagado de jugadoras juveniles obligadas a enfrentarse a profesionales por las dificultades económicas del cuadro canario, parecía incluso en los inicios del partido incapaz de devolver un saque, de levantar desde el suelo un balón. Las diferencias comenzaban a ser escandalosas desde el primero punto (5-1, 13-2) pese a que Juan Francisco Hernández pidió un tiempo muerto. Los puntos del Cuesta Piedra llegaban por errores locales, y no fue hasta el 18-5, logrado por Idaira Álvarez, cuando las canarias lograron su primer punto en juego. El primer set se cerró en menos de quince minutos (25-9).
Ante semejantes facilidades, José Miguel Pérez optó por rotar a sus jugadoras y permitir que todas despidieran la temporada desde la cancha. El Cuesta Piedra, por su parte, mejoró en el segundo y tercer set y logró realizar intercambios, aunque jamás en la red, donde sufría por su inferioridad física. la relajación del UBU también tuvo parte de culpa de que el partido se igualara relativamente.
Pese a ello, no dieron lugar a ningún tipo de sorpresas las jugadoras del Universidad de Burgos. Las burgalesas doblaron en el tanteo al equipo tinerfeño (8-4, 12-6, 14-7) y encarrilaron el parcial, que se cerró con un error defensivo de las canarias (25-11). Era tal la diferencia que la afición burgalesa aplaudía las acciones meritorias del Cuesta Piedra, como una finta de Tati Herrera.
En el tercer set tuvieron su momento de gloria y alegría las visitantes. Un saque de Margarita Picallo le dio ventaja momentánea (2-3) en el inicio, y gracias a que Belinda Sánchez estuvo inspirada en el remate, se mantuvo con ciertas opciones en el parcial (15-9), pero Juliana Ribeiro aparcó toda posibilidad de cuarto set y condujo al Universidad de Burgos a un rápido y, según se notaba en el ambiente, triste triunfo de despedida.
Diario de Burgos