El Atlantic Holding está al borde de la desaparición. Hoy se cumple el plazo máximo otorgado por la plantilla para cobrar las mensualidades adeudadas y si el dinero no llega, la entidad tendrá que abandonar la competición.

La situación es tan crítica que a solo dos días de enfrentarse al Ibsa de Gran Canaria el equipo no tiene entrenador, después de cesar esta semana a José Valderrey, y ni siquiera dispone aún de los billetes de avión para desplazarse a las islas.

La inestabilidad del Atlantic Holding no es nueva y el club ya ha tenido que afrontar varias crisis internas en los apenas tres meses de vida de un proyecto que generó dudas desde su presentación por estar ligado al mismo grupo empresarial que no completó la compra de la SAD del Mirandés.

Ahora, después de varias promesas incumplidas por parte del patrocinador, el tiempo y la confianza se han agotado y solo queda esperar un milagro de última hora que evite la desaparición.

Desde que comenzó la temporada, plantilla y cuerpo técnico solo han percibido el salario de septiembre, por lo que la mayoría de las jugadoras hace tiempo que han empezado a sondear el mercado en busca de una salida. Es más, incluso poniéndose al día en los pagos, el club podría encontrarse con una desbandada generalizada en el parón navideño.

Y es que la salvación del club pasa no solo por abonar hoy las mensualidades atrasadas, sino por presentar un plan de viabilidad que garantice la continuidad y el cobro de los contratos hasta final de liga.

Por si fuera poco, a la crisis financiera se unen los problemas internos de la entidad que la misma ha generado. El lunes el club destituyó a José Valderrey por discrepancias con una parte de la plantilla y la llegada de un nuevo técnico ha quedado frenada por los problemas de liquidez. El elegido para ocupar el banquillo es Pedro Lanero, pero el míster ceutí, que además cuenta con otras ofertas de Superliga, aseguraba en declaraciones a DB su recelo a firmar si no ve cierta estabilidad económica, un requisito muy alejado de la realidad que atraviesa la escuadra mirandesa.

(DIARIO DE BURGOS)