Partido espectacular el vivido esta tarde en el Plantío, y es que Menorca y Burgos son partidos de máxima intensidad, donde el buen juego y el espectáculo están garantizados. Un partido lleno de alternancias en el marcador, pero Burgos más centrado en la red supo dominar el encuentro en las fases decisivas, allanando un duro camino para hacer historia y meterse por primera vez en su historia en una final liguera.

El duelo arrancó tal y como concluyó la primera contienda, con un bloqueo de Sara González que hacía que las visitantes parecieran no haber despertado de su pesadilla. Luego la igualada, y el intercambio de puntos se instaló como norma habitual (5-5). Las de Adrián Fiorenza habían mejorado notablemente sus prestaciones defensivas (también en recepción), lo que las permitió hacer más daño con sus rápidas construcciones a las por las alas. Así las cosas, Menorca llegó con una mínima ventaja al primer tiempo técnico (6-8). Por el contrario el UBU no hacía tanto daño desde la línea de saque, al menos hasta que llegó la rotación de Soraya en el fondo, con quien se produjo una serie de 4-0 que dio la vuelta a la tortilla (se pasó del 9-11 al 13-11), situación que de inmediato trató de cortar el técnico visitante con un tiempo muerto. Entonces se reencontró el cuadro castellano con sus mejores sensaciones. Apretó desde la línea de fondo con saques muy profundos, siguió bloqueando todo con Sara y Regina en el centro de la red y además Mariana convertía en punto todo lo que tocaba (18-13). Y entonces aparecieron los nervios en las filas de las baleares, a quienes no les duró nada la alegría frente a un UBU lanzado y muy serio. Fiorenza paró el duelo para pedir calma a las suyas, pero sus mejores artilleras (Moy y Sandell) fueron taponadas una y otra vez por la muralla defensiva local, y en estas circunstancias la ventaja de las castellanas era amplia, pues dejaba sin recursos a su desesperado rival, incapaz de contener el torbellino que se las venía encima. Una finta de Soraya puso el 25-16 en el luminoso para anotarse la primera manga y dejar muy tocadas a las menorquinas.

Adrián Fiorenza dio entrada a Aitana Ballingha en el puesto de Dos Santos en el arranque del segundo set. Pero ni por esas. Mariana Alves seguía marcando el ritmo de las suyas en ataque, aunque Menorca respondía con los primeros tiempos de Deesing, ayer más entonada, para que el choque se moviera en un pañuelo desde el inicio (5-5). Con Yoraxi Meleán al saque abrieron brecha en el tanteador las baleares, que ahora mostraron mayor contundencia en sus acciones ofensivas (5-8). Valeriano Alles arriesgaba lo indecible con sus servicios para intentar dificultar la recepción burgalesa, aunque las de José Miguel Pérez no bajaron el pistón en esa faceta. Aún así, las menorquinas apelaron a su mayor pegada para estirar su ventaja (9-14). Y luego comenzaron a mostrarse insuperables en el bloqueo, con lo que caminaban con paso firme hacia el empate (10-17) en el global. Por vez primera en lo que iba de eliminatoria José Miguel Pérez tuvo que agotar sus dos tiempos en una manga para tratar de revertir la situación, muy complicada para las suyas. Y cuando vio la situación más que comprometida y la remontada imposible puso en pista a la joven Noemí Coloma en la dirección del equipo para dar un mínimo descanso a Marcelinha. La decoración no varió en exceso, pues las visitantes no estaban dispuestas a quitar el pie del acelerador, lo que aprovechó el técnico local para dar también un respiro a Sara González y Soraya dos Santos (las sustituyeron en pista Mireya Delgado y Alba Sánchez). Pero lo que son las cosas, con las no habituales en pista el UBU endosó un parcial de 9-1 a su rival que metió el miedo en el cuerpo a Menorca (23-23). Pero entonces un error al saque de Alba Sánchez dejó en bandeja el set a las visitantes, que no perdonaron aunque sufrieron lo indecible para anotarse un tanto que parecían tener en el bolsillo y que a punto estuvo de escapárse