Correo de Burgos. Gran paso del UBU que en un gran partido se ha impuesto a un Menorca que fue de menos a mas, pero que con todo a su favor en el tercer set, se encontró con una Sara González pletórica en bloqueo, marcando la diferencia, y primer partido para las arcas burgalesas.
El equilibrio que se presumía por la calidad pareja de las contrincantes quedó patente sobre la pista desde el primer tanto. Solo un buen bloqueo de las castellanas, seguido de dos errores en el remate de las baleares permitieron que las universitarias abrieran una mínima brecha en el luminoso (7-4) con Mariana Alves en la línea de saque. Hasta el momento las mejores armas de los dos conjuntos (los poderosos ataques por las alas de las visitantes y la contundencia de las centrales castellanas) estaban en standby perfectamente estudiadas por sus contrincantes. Los dos equipos tuvieron que recurrir a su plan B en vista de la situación. Y ahí ganó la partida el UBU, que se mostró más incisivo con el saque y puso siempre en aprietos a la recepción de las de Adrián Fiorenza (8-6). Las locales, con su defensa mejor ajustada, tanto en la red como en segunda línea, llevaban siempre la delantera en el luminoso (15-12), si bien Valeriano Alles no arrojaba la toalla, sobre todo de la mano de Adriana dos Santos.
El bloqueo burgalés se mostraba muy efectivo, pero la respuesta llegó con los saques de Janine Sandell que dejaron el marcador en un pañuelo (17-16). Pero, en una vuelta más de tuerca el UBU apretó los dientes con buenos servicios desde la línea de fondo de María José Garrido y los remates de una acertada Soraya y Mariana Alves (19-16). La renta, lejos de enjugarse, seguía creciendo (22-18), por lo que el técnico visitante, Adrián Fiorenza, agotó sus dos tiempos muertos en un suspiro. Sin embargo, el UBU no bajó el pistón y siguió a lo suyo, pues les valía el intercambio de puntos para anotarse la primera manga.
Menorca echó el resto para salvar la papeleta, pero sus mejores artilleras estaban perfectamente tapadas por las bloqueadoras burgalesas, con lo que la remontada se antojaba prácticamente imposible. Un primer tiempo de Regi Miloserdova y un bloqueo de Sara González cerraron la primera manga por la vía rápida (25-21).
La primera batalla de una guerra que se antojaba muy larga la habían ganado las locales, pero aún había mucha tela que cortar. La salida a la cancha de un pletórico combinado burgalés fue arrolladora (5-1), con las centrales Sara González y Regi Miloserdova dominando por completo el centro de la red y con saques duros al fondo de la pista que pusieron siempre en aprietos a una dubitativa recepción de las rojillas. Adrián Fiorenza tuvo que parar otra vez el duelo para dar instrucciones a las suyas, claramente superadas por las castellanas en acierto e intensidad sobre la cancha. Y la sangría se agrandaba a cada paso (8-3) con un Valeriano Alles desesperado frente a un rival que no ofrecía ningún punto débil y que fue capaz de anular todas las virtudes baleares. De hecho Sandell, que el choque liguero dio un recital en Burgos, estuvo en todo momento fuera del partido. El UBU era una apisonadora ante un contrincante desquiciado y que parecía jugar dos marchas más lento que las castellanas (11-4). Antes de llegar al ecuador de la manga el preparador de las baleares tuvo que agotar, otra vez, los dos tiempos muertos. La facilidad con la que el CV Diego Porcelos estaba doblegando a Menorca sorprendía a propios y extraños. Con una defensa perfecta obligaba a las rojillas a reinventar fórmulas de ataque alternativas sobre la marcha que no surtieron ningún efecto (16-7). Al Valeriano Alles no le quedaba otra que arriesgar al límite con su saque. Luego entró Ballingha al servicio en sustitución de Dos Santos, pero la recuperación inicial fue un espejismo, porque el UBU no estaba dispuesto a echar por tierra su gran trabajo anterior (19-10). Las locales fueron entonces al intercambio cuando Menorca pareció resurgir