Artículo escrito por ROMÁN ROMERO para www.revistaforofos.com

Nunca jugó en la Superliga Masculina y tampoco se sentó en un banquillo de postín para dirigir desde él a sus jugadores. Huía de los focos y eludía el protagonismo en las fotos, prefiriendo que fuera para ‘sus chicos’ mientras él se afanaba en otras múltiples labores. Era Carmelo Martín, y desde hace unas horas el voleibol burgalés se ha quedado huérfano sin él.

Carmelo Martín Caamaño, ‘Cañas’ como mote cariñoso con el que se le conocía en el mundillo del voleibol local, nos decía adiós este domingo, de forma repentina, y a la injusta edad para marcharse de este mundo de los 53 años. Además, la maldita casualidad le privaba de poder celebrar junto a los suyos, ahora más juntos que nunca, una nueva primavera, ya que justo este lunes hubiese cumplido los 54.

Amante del fútbol (llegó a jugar con el Briviesca CF en Regional Preferente, destacando como un sobrio central) y del voleibol principalmente, pero gran seguidor de todo el deporte burgalés, Carmelo Martín le dedicó al juego del saque, recepción, colocación, remate y defensa, prácticamente toda su vida.

Se inició en el voleibol en su centro educativo de chaval, el Colegio San Pedro y San Felices, en el que empezó a practicarlo desde los 15-16 años en un club que compitió a nivel federado. Posteriormente, en 1990, la fusión de dicho club con la sección masculina del CV Diego Porcelos dio paso al nacimiento del Club Voleibol Burgos, y fue ahí, a sus 24 años, cuando Carmelo Martín ‘Cañas’ empezó a dejar poco a poco su sello personal.

Primero como jugador (central, atacante por 4 y hasta líbero en sus últimas temporadas), llegando a jugar hasta la edad de 37 años (temporada 2002-03); y después como entrenador, ejerciendo como tal durante once años más, hasta que lo dejó en la campaña 2013-14. Muchos años en su CV Burgos del alma, y los últimos en un equipo ya acogido bajo el paraguas deportivo de la Universidad de Burgos.

Y ahí siempre estuvo Carmelo Martín, trabajando a destajo y a la sombra para que el voleibol masculino burgalés, que llegó a competir con él como jugador y técnico durante varias temporadas en la Liga FEV (actual Superliga 2), tuviera siempre su humilde protagonismo.

Para ello tuvo sin duda un gran maestro, Pedro Pérez, con el que empezó de la mano en el Colegio San Pedro y San Felices, siendo los dos muy jóvenes, y que fue primero compañero de equipo, luego entrenador suyo, y hasta el final “un gran amigo personal, de los que hay muy pocos”, se sinceraba este lunes entre lágrimas quien fue su precursor en los banquillos.

Y ese era Carmelo Martín, durante 32 años volcado en la difusión del voley, deporte que hoy en día seguía disfrutando yendo al Pabellón Universitario para, desde la grada, ver a ‘su equipo’, ahora en la Segunda División. Ahora lo verá desde otro sitio, pero a buen seguro que en un palco de Primera, el que él se merecía.

Desde Forofos Burgos hacemos llegar nuestro más sentido pésame a su esposa, Azucena Rojas; a sus padres, Carmelo Martín y María Ángeles Caamaño; y a sus hermanas, Violeta, María Ángeles, Teresa y Luisa; que hoy le han dado el último y más doloroso adiós. También a toda la familia del Club Voleibol Burgos y el Club Deportivo Universidad de Burgos.

Descanse en paz, Carmelo Martín Caamaño ‘Cañas’